El Rey Don Felipe VI ha concedido al presidente del Puerto de Huelva, Javier Barrero López, la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica en atención a los méritos y circunstancias que concurren en Javier Barrero, ex vicepresidente del Congreso de los Diputados, especialmente por su dedicación a temas de cooperación internacional, según el Real Decreto 66/2016 de 12 de febrero y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 12 de febrero de 2016, a propuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
Así ha sido publicado por el Boletín Oficial del Estado número 38 correspondiente al sábado 13 de febrero de 2016.
La Real y Americana Orden de Isabel la Católica fue creada por el Rey Don Fernando VII el 14 de marzo de 1815, con la finalidad de «premiar la lealtad acrisolada a España y los méritos de ciudadanos españoles y extranjeros en bien de la Nación y muy especialmente en aquellos servicios excepcionales prestados en favor de la prosperidad de los territorios americanos y ultramarinos». Por Real Decreto de 26 de julio de 1847 se reorganizó esta Orden, tomando el nombre de Real Orden de Isabel la Católica, según el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
La Orden de Isabel la Católica tiene por objeto premiar aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden en beneficio de la Nación o que contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la Nación Española con el resto de la Comunidad Internacional.
Su Majestad el Rey es el Gran Maestre de la Orden de Isabel la Católica. Todas las condecoraciones de esta Orden serán conferidas en su nombre y los títulos correspondientes irán autorizados con la estampilla de su firma.
Por su parte, el Ministro de Asuntos Exteriores es el Gran Canciller de la Orden de Isabel la Católica. A él corresponde elevar a la aprobación del Consejo de Ministros los proyectos de Reales Decretos de concesión de los grados de Collar y Gran Cruz y conceder en nombre de su Majestad el Rey los grados inferiores. Todos los títulos de las condecoraciones de la Orden deberán llevar su firma.